El paseo del gato
Acaece un lánguido atardecer
entre los cabos de la incertidumbre
y el conveniente transitar de los árboles
por las copas de la fecundidad y la dicha.
En la lasitud de la carretera un gato
no sabe que pasea entre las líneas
del abandono y el absurdo de la vida
mientras extensamente se despereza
de boca a cola con sus siete vidas.
El aire estancado entre las casas
parece absorto y huidizo,
encadenado a la aquiescencia del tiempo
tras la quebradiza torre de un suspiro
y tejuelos de marfil entre los labios
que serenan la infinitud en un silencio.
Un coche en la lejanía desprende el eco
de la precipitación de los instantes,
de la imposibilidad de estarse quieto
entre los pensamientos que pasean
por entre los maullidos de un gato…
© José Luis
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