Tras cada atardecer

Tras cada atardecer en mis ojos
adquieren las tonalidades del cielo
improvisadas transformaciones de luz
y de reflejos tras el denso aire de la noche
mientras se derrama impecable un suspiro
entre las nubes que sobrevuelan el silencio,
una lánguida sensación de pertenencia
a la inherente raza de los perseguidores
de sueños y de esperanzas.
  
He desmontado muchas palabras
que luchaban por sujetarse a mis dedos,
porque sé que las palabras se alimentan
de las huellas que dejan rastro
en los cráteres del universo,
de las huellas indómitas y fugaces
que atraviesan las cometas incrustadas
a la soledad de las lunas negras
donde se besan los amantes
y el eco de las batallas crujen
las sílabas de los ensimismamientos.
  
Tras cada atardecer un niño no vuelve a su casa
sino que vaga por las sinuosidades del desvelo
en compañía de las voluntades que quisieron ser
cumplidas en la infinitud irrevocable de los sueños.
  
© José Luis

2 comentarios

[gobina - 30 de noviembre de 2008 - 02:02]

A lo mejor cada atradecer nos damos cuenta de que estamos solos y empezamos a escribir un verso igual que cuando tenemos frío acercamos las manos al calor de una llama o de unos ojos, para observar otros mundos y con esos mundos encedemos un sol de mediodía,inamovible que nunca se irá al ocaso...

Me encantan las fotos¡¡ son preciosas...Menudas caminatas te has pegado¡¡¡
Fernando Delgado en los lunes litearios dijo que ahuyentamos el dolor fatigando el cuerpo,por caminos y calles que nunca son las nuestras...

Y me gusta el aire nuevo que has dado al blog,con colores alegres...

Un besillo ,abrigate que hace frío...

[Chus - 28 de noviembre de 2008 - 19:57]

Tras cada atardecer la impecabilidad del suspiro se vuelve desazón implacable.
Mi silencio sobrevuela las nubes, yo pertenezco a la raza de perseguidores de sueños y de esperanzas, mi silencio mi beso y mi sonrisa son las únicas armas que poseo.
Intento no pasar jamás en mi viaje, por la estación de las lunas negras, porque mis amantes me ignoran, pero no les culpo, mis huellas son anodinas.
Sólo en la infinitud irrevocable de los sueños hallan cumplimiento mis voluntades.
Beso, silencio y sonrisa...
Chus.