Ruina
¡Cómo se desgaja el tiempo!
¡Cómo las salas deshabitadas
han desprotegido los recuerdos!
Sabia la naturaleza ocupa el espacio
no vacío, el espacio mantiene los espíritus
de los que fueron pensamiento y carne
de los que humedecieron la tierra
con los esputos desgranados del cielo,
cuando el cielo era paraíso, y Adán, y Eva.
Las yerbas que crecen verdes me recuerdan
los suelos pedregosos abandonados
del paso de las horas serenas y apacibles,
del sudor arrastrado por el trabajo
y los bueyes que eran calor y arañador hierro.
El horizonte baña con sus nubes las paredes
lágrimas exudadas en la oscuridad de años
de cuevas vernáculas y pigmentos especiales,
adoración de objetos, dioses y animales…
¡dónde andarán ahora las creencias
no materiales!
¡La ruina se asienta en España,
llagas en estos tiempos importunos
de lucrados pescadores de aguas
residuales!
© José Luis
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