Auto-regalos...
Expropiarnos de la heredad corpórea de la existencia es el largo y difícil camino de la vida.
Ante nuestra incapacidad de evocar los objetos y personas que nos transmiten felicidad pretendemos su posesión fungible.
Las espejos de lo vivido en la vereda del camino son las portentosas alas que nos acercan más fidedignamente al cielo.
La delicada mirada, la reconfortante sonrisa, el afectuoso abrazo, el sentimiento íntimo de serenidad, los dulces momentos, la melodía emergente del corazón...
FreeWolf
Ante nuestra incapacidad de evocar los objetos y personas que nos transmiten felicidad pretendemos su posesión fungible.
Las espejos de lo vivido en la vereda del camino son las portentosas alas que nos acercan más fidedignamente al cielo.
La delicada mirada, la reconfortante sonrisa, el afectuoso abrazo, el sentimiento íntimo de serenidad, los dulces momentos, la melodía emergente del corazón...
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