Desidiosa presteza extática
Aguardan recatadas las letras
la inquietud tenue de unos labios
en el pretil del silencio.
Y vacuas las horas del antojo
no se privan de mirar poderosas la incuria
ante las pupilas bermellones del desacierto.
Forjé ensartando la ajorca
al iris entre tus dedos;
alivié de mis nubes
las gravitadas pecas del pensamiento.
Y en el eco de la tarde moría el suspiro…
y en las sombras sedientas del rumor...
mi tiempo.
FreeWolf
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