Anorexia
Perdida tras el espejo
deambula triste la figura
entre las sudorosas lágrimas
de un vómito y los dedos
que la llagan.
El espectro fue sesgado de su alma
y de la tierra madre que pisaba
por la hoz ácida del miedo
de no ser quien ya no era…
El carmesí de la mirada
son esas pequeñas rayas
que cada vez más la acercan al infierno
de la nada y las manos,
esas manos que quieren ampararla,
y que son cortadas de cuajo
en el dolor de una cama
que es postración
y silencio.
Suicidio a la carta…
© FreeWolf
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