De un rayo de sol un arbotante de aliento
Son las seis de la mañana
el sendero está oscuro,
mis pasos siguen la ruta
de blancas de piedras y tierra,
de vez en cuando miro las estrellas
y la claridad de la luna menguante,
maquinales los pies avanzan
entre los flancos de maleza,
un olor húmedo se desprende
del frescor de la noche,
mis pensamientos están
al final de la ruta
con el cansancio de las piernas
y la satisfacción del esfuerzo.
El día en su transitar
gris descorre la mantilla de nubes,
el cielo padece la incertidumbre
de las horas previas
cuando el tiempo se aloja en el abdomen
y los pálpitos retraen del reloj
los granos de arena
en los dorados campos del camino.
A lo lejos
una arcada me sonríe,
una tenue irisación de rayos
se escabulle del plomizo horizonte,
las gotas me golpean y resbalan
mientras recobro el aliento
tomo del sol las franjas de la lejanía
donde sé que en breve
lucirá mi descanso…
© José Luis
0 comentarios