Enigmas de la mirada
Resbala la mirada por la inconsciencia de la tarde entre los antiguos acordes de una balada que susurra tu nombre entre los murmullos de la serena fuente que mana de los ojos perpetuos de la noche y los siderales silencios que entretejen alados los purpúreos ángeles de los sueños.
Llega por fin la quietud de las horas que mantienen ocupado el tiempo y transita el sosiego entre los rosáceos pétalos que envuelven tu boca en las palabras que intuyes no pronunciadas y que el corazón anhela tras el dilatado intervalo que el invierno alarga en su sombra y que los árboles arrullan en el ocaso mientras los parpados recuerdan placenteros las imágenes de vívidos momentos...
Una barca flota en el mar del deseo porque lleva amarrado el alma de las sirenas que entonaron a Odiseo perfecta la mañana y que la bruma oculta entre los rayos que retienen en finas gotas los colores que limpian el cielo de sus ineludibles marcas tras las nubes que al fragor del viento acompañan.
Navegan sutiles las esperanzas entre las nebulosas olas que límpida la costa de la fantasía alcanzan y que atentos los oídos guardan en caracolas delicadamente irisadas mientras ebúrneo el eco roza vaporoso el cabello de la brisa que una carta reintegra tras la distancia que el horizonte incrusta en la espera que atesora los sonidos olvidados de un te quiero.
Dejemos que sea Bastet quien suscite la estela de nuestros misterios...
© FreeWolf
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