Oh, Principito, mi Principito...
Los acordes
resuenan en el piano
y las manos
tantean el polvillo
que al paso de las horas
se deposita en las teclas blancas...
se deposita en las teclas negras...
y se acompasan en la mirada
de las notas que conmueven el aire
en la quietud de la noche
mientras Selene se inunda púrpura
y creciente en la serenata
de misterio y de bruma.
Avanza una sombra,
avanza
entre los trigales que bruñe Febrero
en el carro de un Helios vehemente
que primoroso esparce en los granos
símbolo y fertilidad en la simiente
y espiga en la primavera.
Busco el rumor de mi zorro
rumor fugaz de aquel tiempo
que sutiles guardaron los rayos
en los pétalos de un libro
con una luna llena
y la canción de mi niño...
© FreeWolf
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