Curetes del pensamiento
No abaten las lágrimas
al mar que anhela,
entre los impíos embates del tártaro
y el acrisolado cielo,
sensibles los ojos
que no atienden su silencio
y las marismas de la noche
no tributan vaporoso el murmullo
que dejaron prescrito las náyades
en el pergamino de los tiempos
cuando el sabor de la manzana
amargo trajo el purpúreo rescate
de los hombres y su enigma.
Pretenden las luces
en sus sombras
ser el recóndito bosque
que cobije celoso las ramas
verdemares de la cordura
y de las quimeras
que abandonaron los dioses
en el futuro indeleble de los sueños
entre los temblorosos y pródigos latidos
que encubría pensativo Ida
el monte de la amante Rea
mientras depositaba justiciera simiente
de redención y castigo...
En su transcurrir incierto
la vida
a todos nos torna voraces
de los humores de las pupilas
y la sed furtiva del viento...
© FreeWolf
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