Cuando se abre una puerta
He dejado entrar al miedo hasta los tuétanos
para después acorralarlo en el burladero
donde los ojos que dan estoques le esperan
para verlo sucumbir como a un extraño.
Cuando una puerta se abre entra la duda,
una incertidumbre en la boca del estómago,
es el temblor sinvergüenza de un cráter
por el que brota la lava y las impurezas.
Dicen que por los cuernos se agarran los problemas,
tengo un amigo que una vez desperdició sus manos
por agarrarse a un clavo hirviendo y darse cuenta
que a la vuelta de la esquina vuelve a empezar la vida.
Por eso a partir de entonces, deja la puerta abierta,
entre quien pueda y quiera. Donde le indiquen sus pasos
irá su vida entera pues sólo se vive una vez…
Aunque la mente nos engañe con una segunda vuelta.
© José Luis
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