La fuente sin balaustrada
Las fuentes son espacios privilegiados
donde el sonido y el agua armonizan
rítmicamente los oídos y los ojos
con el parsimonioso dilatar de la calma.
Resbala fresca la lluvia por los tabiques
transitorios y oxidados del letargo
mientras se agolpan arqueos de espuma
en la salpicada extensión de la sutileza.
Pequeñas chispas se desvanecen en abanico
evanescente de menudas pompas y perlas
tras el eco que se aglutina en las sombras
glaucas de la superficie y la caída líquida.
Una alondra deposita su pico en la humedad
saciadora de sed y de enigmas, en la mañana
el rocío trasparentaba el aire con los pétalos
humanos del sí y el no, de las dudas y los deseos
con los que toda fuente sin balaustrada sueña.
© José Luis
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