La flor abierta
Arrinconadas en la memoria las voces suenan,
voces que evocan sonidos sin palabras,
siseos ancestrales en la garganta
donde nacieran el conocimiento y la duda.
Navegan los silencios desde la hondura
en veleros vidriosos y espectrales
tras las brumas que invaden los mares
que fueran corrientes de conquista y fuga.
Bucaneros de la noche proyectan sus trofeos
entre inolvidables pétalos y cobrizas carabelas
que surcan en contornos suspendidas cataratas.
Inquebrantable la flor abre su tesoro al viento
donde absorbe los corpúsculos de la experiencia
y en la tierra con inmortal despedida se desgrana.
© José Luis
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