Ratos de concentración y lectura
El muro sustenta la quietud
de las hojas impresas
mientras se pasean los ojos
por las ideas y letras.
En cada piedra una lágrima
aguarda el resbalar de los sueños
y el pasar inconsciente de los dedos
por los recovecos de las láminas.
El muro sustenta la quietud
de las horas densas
mientras se pasean los ojos
por las formas y siluetas.
El mar le murmura al oído
de las palabras la cadencia
que el viento no se lleva
en su peregrinar por el libro.
La sombra sustenta la inquietud
de las horas densas
mientras juegan los rayos de sol
por tus formas y siluetas.
© José Luis
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