El rondar de las sombras
Ronda una libélula luminiscente
las sombras de la habitación,
las sombras irisadas de la noche
por la lámpara que los ojos amamanta
de tonalidad lechosa y toronja
su apacible ulular por las paredes.
Vuelve la tranquilidad a la casa,
vuelve el teclado a retomar mis dedos
y en cada pulsación a depositarse
como un corazón dinámico y vigoroso,
como el tambor de las noches serenas
a la luz de la luna en la selva otoñal
donde el cántico emerge de lo interno,
de lo más íntimo e instintivo del hombre.
Las palabras se revuelven dentro de mi cabeza,
presiento los latidos de todas las imágenes
que provienen de las certezas inexploradas,
de la irrealidad sugerente de los sueños
donde en cada amanecer salvajemente me baño.
Mis brazos se alargan en el alejamiento
de las palabras que no encuentran el camino
y deambulan en el vacío o en el techado de la inercia
donde no sé los tratos que harán con mi cerebro
mientras destilan del silencio las nieblas de un amanecer
enredado entre los sensuales pétalos de una rosa…
© José Luis
2 comentarios
gobina -
Un besito.
Chus -
Beso y sonrisa. Chus