Instantes de soledad
La pleamar trae suavemente las olas
hacia la playa donde descansan los pies
apoyados en la arena y el cosquilleo
recorre la piel como una dulce mano
que surcara indefectible las crestas
de las ráfagas de la luna y de los olvidos.
Mi mente surca el cielo inmenso y azul
entre las fungosas guatas de las nubes
mientras dejo en los oídos el rumor
serpenteante de las caliginosas espumas
y contemplo el pasar alado de los vuelos
rasantes de los irrepetibles universos
de gavinas que pululan ligeras entre los aires.
El mar acuna las barcas alineadas en la orilla
se diría que interpretan un pulcro y vaporoso vals
entre los surcos que rotura parsimoniosa la tarde
mientras la gente, sin mirar atrás, voluntaria se aleja.
Aguardo la soledad en su regreso a la playa
donde dispongo un ramillete irisado y aromoso
de delicadas palabras
con los que embelesar su atención
hasta que llegue, sin darnos cuenta, el alba…
© José Luis
3 comentarios
gobina -
José Luis -
Porque en el silencio del sueño yo no sé dónde estoy ni que luz baña mi cuerpo, ni que otros cuerpos se enlazan en mi mente o que otras mentes enlazan con mi cuerpo.
Sólo sé que la realidad reside en el mar de la dicha donde se bañan las sirenas que me cantan la eternidad de una vida... y de unos brazos que acarician dulcemente mi pelo en medio de las tinieblas...
Sólo eso...
gobina -
Dulces sueños.