Reflectante de descendencias
El árbol descendió sus hojas
hasta la corriente del río
y ahora fuertemente se comba
para acariciar sus huellas.
Siempre es el cielo azul un reflejo
en el fúlgido espejo de las hojas
caídas al otoño escindido
ingrávidamente desde la profundidad
de lo que no se quiere ser visto.
Se bifurcan los ramajes de las sombras
simulando las alas de figuras espectrales
allá entre los fondos del horizonte
y las oquedades subrepticias de los símbolos
cuando se disipa la corriente
discontinua en su inquietante transitar.
Una vez más descienden las nieblas
y expiden las pupilas a las nostalgias
de la contemplación de los tiempos
tras la baranda delicada de los años
donde el pretil se asemeja a esa piedra
esculpida con las uñas y la sangre
desde la incandescencia de la arboleda.
© José Luis
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