De paso...
Brillan en la estación los pasos que se originan
tras el sueño o el desembozo de la noche
en los bolsos que ondulan el aire mientras cae
como la techumbre de las montañas invernales
desde los copos que merodean andares y siluetas
con la esperanza de retenerse en alguna estancia
cálida y sorpresiva en la que otear el deambule
de las sombras sin prisa ni cruces de palabras.
No hay enigmas que se detengan en el andén
para tomar el tren de las doce o para olvidar
el macuto de toda una vida adosado a la figura
que se queda atrás o a la que lleva sin percibirlo
el peso de nuestra vida, un lastre reservado
y oscuro desde el que se originan manantiales
convergentes a la duda innata y el deseo
que acarrea la existencia que se sabe efímera.
© José Luis
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