Los Reyes y la Dama de Honor
Noche se hace noche sin ser del sol
noche multitudinaria en las calles
no hay coches entre los caramelos
sí niños y papás con ilusión procesional
suena música de cabalgata y ambulancias
todos invariablemente pedimos algún deseo
aunque nuestros zapatos no lleven nuestros pies
y los días nos hayan absorbido el tiempo
desde más allá del paraíso nos alumbraron
con las lágrimas y la interpretación simétrica
del cielo y la tierra donde franqueamos legislaturas
de oro incienso y mirra con los vestidos de diario
las manos que se agitan se vuelven hacia nosotros
con las mismas huellas de un acostumbrado destino
entre las sonrisas que se dilatan leales en la luz
de una o de miles de estrellas orbitales que anuncian
que todos soñamos un reino de fortunas y de damas
cuyo honor conquistan cada nuevo día que se inicia
como el camino que se transita una y otra vez
pero que mortalmente nos permite ser otro y distinto
al que fuéramos ayer en un remoto pasado sin fronteras
con los únicos límites de una noche sin sol desandado
donde envolver los regalos que retendremos siempre
en la memoria de un amanecer de adoración y recuerdo.
© José Luis
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