Reflejo metalizado de una botella de cristal
Refleja el cristal sobre la mesa
láminas segadas y reverberos
de las propiedades metálicas
de la tarde y el refresco
que del aire huele a primavera.
Cae una hora en la tarde
como la fruta de las ramas
desprovista y madura
de los compromisos del mañana,
se incrusta el minuto sesenta
en el rincón preferido
por el extravío de la nada,
mirada que atraviesa el tiempo
y encuentra diluido el horizonte
en los recuerdos y la luna,
espejo de cristal orientado
a las vacuidades del alma.
De una botella el cristal
suspendió en tus labios granates
el reflejo de una matizada divergencia
entre los ojos cerrados de la inspiración
y el inconfundible aleteo de las alondras
en el balcón de la esperanza…
Con el atardecer
la mesa brinda el caer del día
como líquido reposado
en el fondo la vida...
siempre que tú vuelvas...
© José Luis
0 comentarios