No pain, no glory
He transitado por los caminos
junto a la visión del horizonte
con los rojos surcos de mis pies
en cada paso que la ruta marca.
En mi cara el aire he sentido
y penetrable de la tierra el aroma
he respirado del despertar denso
de la tierra cuando no hay nadie.
Casas, campos, trigales a la espera
del ocaso indestructible y púrpura
de esa iglesia que su cúpula levanta
en la silenciosa plegaria de la tarde.
Sin sufrimiento no hay gloria,
sin el empeño diario por vencer
los fantasmas de la no existencia
se vencerían las palabras en el abismo.
No hay senda que no tenga en su estela
la sangre bermellón de la alborada,
caminante de sueños y soledades,
de nuevo no sabes dónde descubrirás
el renacer...
© José Luis
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