Lejano jinete
A lo lejos se escucha el trotar de un caballo,
cruza el jinete la estepa mudo e infranqueable,
galopa junto al viento y desdibuja en el espacio
ondulosas las líneas donde se detiene la fiebre.
Penetrante se alza el calor que consume e hierve
la sangre rugiendo acelerada contra los malecones
trae extendida la hoz guadañadora de mil batallas
y la quietud sesga de la mañana en infinitas partes.
Se ha extendido la ciudad a cada paso de trote;
las torres, almenas e iglesias llegar al cielo parecen,
las nubes rozan mi memoria mientras tras un instante
la lluvia fragua innumerables tesoros en mi garganta.
Abandono la morada de las hojas que nacen al rubor
y siento de las montañas el azulado en mis yemas,
trepo por la espalda de la noche hasta tu mirada
¡qué ciego es el amor cuando quiere…
no ver nada!
© José Luis
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ojodefuego -
Besitos