Escribiendo

Unos dedos
entre los lomos atrapados de un libro
unas manos
en las huidizas sombras del hielo
unos brazos
aspados en la impenetrabilidad de la noche
unos hombros
en la invernada de la tierra anclados
un cuello
espaciado en la imaginación de luciérnaga
una cabeza
en la sinrazón abandonada.
   
Levanto de la almohada los ojos ocultos
amargan las lágrimas que en el pasado se bañan,
las imágenes de la tiniebla que resuenan en el aire
se zambullen en los intersticios de la mudez
donde el tiempo con sus colmillos se arroja
a mis espaldas sobre la edad atesorada.
   
¡Qué difícil me nacen las palabras
desde el pecho atribulado del invierno!
¡Cuántas las sílabas entre las sábanas
contadas al abrigo del onírico adviento!
   
Serena, la noche en su corriente,
humedece mis desatentos sentidos;
el olor a anochecida me envuelve
como presente postergado en el quicio…
   
© José Luis

3 comentarios

[Gobina - 10 de marzo de 2012 - 14:41]

Probablemente en el pecho atribulado del invierno no nazcan las palabras pero, las escribes y las guardas en un papel que está en tu pensamiento. Eres como un pastor que en vez de vigilar tu rebaño desde la cima, vigilas tus ideas y las miras sonriendo y quizá a veces no nazcan en palabras pero, cuando lo hacen,aquí estamos nosotras, leyendo tus versos y pensando que eres muy natural, como un árbol de esos antiguos en los que siempre le gusta a una sentarse a desscansar debajo de su sombra...
Tú como yo, tardas en aparecer pero, apareces...... un beso

[ojodefeugo - 05 de marzo de 2012 - 09:06]

A veces un nudo en la garganta atenaza los sentidos. Nos envuelve con su halo y dificulta el camino. Las lágrimas son el camino al después sosiego. Son amigas y consejeras.
A mí me ayudan...

Besos

[ojodefuego - 04 de marzo de 2012 - 20:43]

A veces las palabras son un nudo en la garganta que cuesta salir, al que cuesta un mundo abrirle camino. Pero acaban brotando como este precioso verso que nos regalas...

Besos