La Fuente.
Irisa la mañana
el halo nacido de la noche
y de los pensamientos.
El batir de sus alas
acallan las alondras
al rumor argento de nuestras miradas.
Alegres los caños
dejan surtirse a las aguas
de la frescura de la estancia
entre las perpetuos cantos del edén.
Y tras el glauco reflejo
se yergue sinuosa la columna
en la que se alojan los nombres
de las ardientes sombras.
Quién sabe si una mano,
ondulando la cristalina pátina,
dispense a los hijos de Pandora
de la gabela de las adversidades.
Resuenan
del Olimpo
los clarines.
FreeWolf
el halo nacido de la noche
y de los pensamientos.
El batir de sus alas
acallan las alondras
al rumor argento de nuestras miradas.
Alegres los caños
dejan surtirse a las aguas
de la frescura de la estancia
entre las perpetuos cantos del edén.
Y tras el glauco reflejo
se yergue sinuosa la columna
en la que se alojan los nombres
de las ardientes sombras.
Quién sabe si una mano,
ondulando la cristalina pátina,
dispense a los hijos de Pandora
de la gabela de las adversidades.
Resuenan
del Olimpo
los clarines.
FreeWolf
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