Escalones deshabitados
 
								
				
				Las dos de la mañana,
a estas horas las calles son escalones
de luces y de sombras
que remontan y descienden insondables las líneas
borrosas de los edificios
deteniéndose en los balcones y ventanas,
en las piedras y ladrillos
mientras en las estrellas los sueños y fantasmas
travesiean su embrujo.
                                   
Las voces buscan las palabras y las bocas
que las renueven entre la bruma
de ecos y sonidos peregrinos y confusos
ante el silencio y el indiferente ruido.
                                  
Músicas en notas de destierro huyen por las rendijas
luminosas del suelo mientras rechinan las puertas
efluvios de humanidad y muertos.
                                  
Duerme la ciudad
en la escoba del barrendero
y el aire aporta dote y ajuar de guerrero
apadrinando a su hija antes de esa disputa
que torna en desposada sangre el vino.
                         
Se revela a los ojos el letargo de la noche
y en un cartón ahuecado un cuerpo
sueña...
o está difunto...
                                   
© FreeWolf
 
       
		
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