Sensaciones
Camino, la noche siempre consigue ese efecto de trasladar las sensaciones a las esferas del silencio y la inconsciencia.
Recuerdo que la tarde volaba con alas de golondrina, rápido y con quiebros, serpenteando la velocidad y los arrecifes del viento.
Paso entre la gente y no escucho sus latidos, sólo veo las figuras de espectro ultravioleta entretejiendo paños de vida y de misterio, la telaraña urdida en la profundidad de una cueva donde los bisontes rojos y fieros eran el motivo de iniciación y trofeo, de aferrarse, de alguna manera, al paso ineludible del tiempo, de sobrevivir a los zarpazos de la muerte.
Indago en las palabras el conocimiento acumulado tras su articulación y transmisión, tesoros en los que la verdad toma diversidad de formas y pensamiento.
De nuevo se cruza alado el cielo incorpóreo y risueño, sacerdotisas irisadas visionando imágenes del tránsito con las que recomponer las almas que no vuelan, las que todavía contemplan atardeceres, curiosean el aroma del tiempo y se aferran mortalmente a sus atuendos y amistades.
¿Quién no ha notado alguna vez un roce inexplicable... a su espalda?
© FreeWolf
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