Arrumacos
Os han sorprendido mis ojos
entramados en la calidez de la tarde
y han vuelto la mirada atrás,
en el tiempo,
han evocado otra mirada
y otro abrazo...
Enamorada el alma
se abandona al encanto de un beso
entre los arreboles del mar
arrebatado en sus olas,
yendo y viniendo
en el espumoso recuerdo de los barcos
que abordan bucaneros los tesoros
escondidos en las oquedades
oscurecidas de los tientos,
y mis brazos
y tus brazos
arqueados alrededor del cuerpo
enrejados en la avidez furtiva
de los jugos placenteros.
El tiempo nos toma en sus manos,
confundidas en las nuestras,
y en los recorridos piel a piel
hasta la profundidad libídine
y primitiva del orgasmo.
Eran tardes prohibidas
y cobijadas por una pared
o las ramas de los árboles...
© FreeWolf
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