Día de entreno
Glauca la tarde prolonga sus rayos en la sombra
oblicua de las flexiones y las irreflexiones
mientras los músculos tonifican en su fuerza
la potestad de poder llegar a ser quien se quiere ser.
Arqueamos en dosis de realidad imposibles los sueños
en las profundidades de acantilados y hondonadas
como un paracaídas que cuando cae se agranda
y desciende balanceándose con las corrientes
entre sus caricias y la sangre acelerada y palpitante.
Los rostros de la imperfección se descomponen en la noche
cuando las lágrimas regresan a la vertiente de los veneros
y las golondrinas refrenan su vuelo durante un instante
donde los relojes pararon el tiempo y las preocupaciones,
y los ojos abandonaron la faz para contemplar el universo.
Se acelera el corazón en el descenso hacia la muerte
en los rápidos que nos atraen y nos ponen a prueba
sin otra salida que transitarlos sin reservas y con entreno
como se vacían en compañía las burbujas de una botella.
© José Luis
2 comentarios
José Luis -
buho -
que nos acompaña en vuelo de desgarro y alegrías,
de andanzas satisfechas y acongojos torcidos.
La vida como una carrera, un camino
cuyo final todos auguramos...
Un abrazo