Sinfonía cadmio
Mi mente vaga por los tejados,
es un gato joven que olisquea
las impresiones desvanecidas en el aire
en las que viajan átomos de ausencia
tras las salidas que de los cuerpos
algunas veces tienen las almas.
Carmesíes las tejas se emparentan
con la sangre que en el corazón tañe
en pálpitos de vida y esperanza
en conjeturas de tránsito y muerte.
Las chimeneas expelen los hálitos de las casas,
hálitos oscuros y tenebrosos en la noche
cuando se enrarece el tiempo
y los relojes se paran
marcando irreversiblemente la hora
de retornar.
© José Luis
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