El forjado de la verja
Atardece
y el cielo se va inundando de sombras
en el azul celeste
donde se asoman las estrellas
y en la soledad del ocaso
me siento pequeño.
Camino entre tus calles errante
con la mirada aprisionada en la lejanía
mientras debilitadas permanecen las farolas
en sus reflectores, opacos haces paradójicos
en la bóveda enmascarada de los cerros.
De pronto
una verja detiene mi paso
entre los picos que apuntan al techo,
que es el escape del mundo
hacia lo desconocido e incierto,
como una pisada en la Luna
eterna
más allá de los recuerdos
tras los que se nos disipa cualquier existencia.
Pienso en el hierro
y en la trabazón de su permanencia
asentada tras los inamovibles años
en la soledad de su clausura
para la que fue forjada.
Siento en la piel extraño un sentimiento,
oscuras líneas en la rugosidad del horizonte
donde mis manos no alcanzan la distancia
que me aleja de la libertad y el deseo
de traspasar los límites de la consciencia.
© José Luis
2 comentarios
ojodefuego -
ahí están presentes, tangibles.
En espera que un día como hoy
te acuerdes de tu existencia
para plantearte lo que todos
nos planteamos de vez< en cuando.
Mi deseo y mi libertad...¿pudieran quizás ser uno?
Besos
gobina -
no te dí un toque ,porque lo he leído ahora,de todas formas he llegado tarde,casi a la hora de comer.Hacía mucho calor.Había poquita gente.He paseado,he disfrutado .me he comprado un libro ,he visto unos coches enormes al lado de un puente...Y,un poeta ,me ha querído vender una poesía y un libro...
Un beso