A vueltas con el mundo
El perro arquea su piel
en un ritmo frenético
y consigue que el mundo
vire aún más rápido.
Nos sujeta firmemente la tierra
por la fragilidad de los pedestales
donde no existe otra opción preferible
que despojar a la vida
del boato de la suficiencia.
Inquebrantable gira el molino
con el viento,
con el agua,
con las palabras del olvido
en las páginas anudadas
a las velas de un suspiro.
Cesan del mundo las vibraciones
cuando se descuelgan los parásitos
del tejido íntimo de la espera
y vuelven a ceñirse a la inexistencia
hasta el próximo ataque.
© José Luis
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