Inadvertida pitanza
Un segundo se impulsa en otro
cuando la tarde embruja los matices de la aurora,
los pájaros, bulliciosos, se reúnen en el árbol
y proclaman los voces oídas en alguna parte
mientras las hojas, embebidas,
cierran los ojos y escuchan.
Los trinos atraen las letras caídas
en los bolsillos de la inercia,
juegan a descubrir las palabras
que no llegan a pronunciar
pero que les pertenecen
porque las han recogido en sus picos,
inadvertida pitanza entre las espinas.
Una gota se perpetúa desde la bruma
donde la incertidumbre de las imágenes
resurgen del pozo de la sabiduría
y la tentación, es el fruto inmaculado
en el que se encierra la sonrisa de la luna
o la perplejidad de la existencia.
Los tallos de la noche se estiran
en los huidizos aleteos de las ramas
imperceptiblemente
rozando los aceros de la ventana
en nuestros sueños se cuelan.
© José Luis
2 comentarios
José Luis -
otean los aires y cielo
en busca de los tesoros
que dejar a los nietos...
También otean
en las miradas del pasado
por si acaso se dejaron
sin darse cuenta un nombre
suspendido de los árboles
o de la soledad del bosque...
Besos
gobina -
Buenas noches
un beso.