Caída de agua
La lluvia es constante en su caer,
las gotas se abandonan a la gravedad
a la calidez de la tarde en el tintineo
penetrante como un sueño
que vuelve cada noche
a preguntarnos por el significado
irreal de un río que se pasea
por las piedras y los árboles
que bordean su camino.
Saben las hojas y los tallos el destino
del agua que los llora y los moja
mientras canturrea en su caída
los secretos arrancados al cielo
y a las cumbres del silencio
donde van a parar los rumores
de un abismo de pensamientos,
de sonidos indescifrables
que vagaron por los planetas
de un principito encantado
o encantador de sierpes.
Las cataratas en los ojos descienden
de una luna plateada que se parte
cuando la beso en la frente y la aúllo
en el lecho de la muerte
o del mar que todo río conlleva.
© José Luis
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