Desde el pasamanos
Se agolpan las presencias de unas manos
en las perceptibles huellas de la superficie
pulida del pasamanos mientras una tela
pasaba la lozana limpiadora cantando
y ver su rostro devuelto fielmente
como ella lo recordaba de antaño
cuando las verbenas llenaban la noche
de otras huellas en su cuerpo
de otros labios en su boca.
Era un portal cualquiera
de esos que los vecinos no notan
el paso de la gente
donde la soledad es un zumbido
muy dentro, un aguijón de la sombra
que se instala en el corazón
y sabe de la premura del tiempo
ante la vida que se ha ido escapando
como las manos por la balaustrada
por las escaleras del miedo
de la misma vida que se dispersa
en la pasada de un paño
por las huellas pulidas de los recuerdos.
Esta mañana en el portal
quedó expuesta una esquela,
y es posible que otro vecino
haya nacido aquí
a la vuelta…
© José Luis
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