El esfuerzo
Desde un banco establezco con la tarde
la alianza de la calma, de la apacibilidad
de no tener otra cosa que hacer más
que observar cómo desfila el tiempo
por el transitar de otras personas.
Los pájaros juguetean con los árboles
o con la hierba recién segada
entre los olores glaucos de las flores
y los susurros no pronunciados del deseo
que alborotan los pétalos de la tierra
y agitan los brazos imperturbables del aire.
A lo lejos distingo una figura que se acerca
y trae imágenes desdibujadas de la prisa,
el ritmo de sus pies apura la respiración
de la arboleda cercana y bloquea el mirar
desenfocado de los coches a los que sobrepasa
en las postrimerías de un esfuerzo
que desliga su alma del mundo y sus banalidades.
© José Luis
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