Espiral interrogante
Ahí está
a la pared encomendada
ese signo que interpela
el sentido de la mirada,
no hay pregunta tan agitadora
como aquella que no sale del alma.
Perdida la visión entre los recovecos
areniscos del tiempo
los granos buscan libres la caída
de los astros y planetas
que sujetan el universo
a la finitud de la luz
o de la sombra incautadora
de las verdades solitarias.
El hombre existe en el hombre
desde que se deja interpelar
por los símbolos acumulados
en los siglos y las palabras
en los muros y cavernas
de los sueños que volátiles
arrostran el mar de los desvelos.
Mis dedos se deslizan en el tiempo
y en mi piel siento el dolor
del mundo y de la vida
un dolor de parto y silencio
por la finitud de la vida
y la inmortalidad de la muerte.
© José Luis
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ojodefuego -
Besitos