Gritos desde el agua
En la extrañeza de la tarde
el aire frunce el agua
en la superficie de aquellos contornos
donde despavoridos pululan
unos gritos.
Negruras sobre reflejos blancos
son del pánico las oquedades,
ondas de ecos sumergidos
en una profundidad cáustica.
Abandonaron los sueños fríos
de sudores y espantos
en la mente febril de un niño
los reflejos en el estanque.
No es sólo la noche un zumbido
sino también un enjambre
de colores entumecidos,
ay, que poco corren las prisas
cuando el miedo es grande.
Cuando el miedo es grande
y deforme son sus sombras
escurridizas entre las espesuras
que atenazan los bienestares
a los cuatro cabos de la cama.
Emergentes se revelan las pesadillas
de la desazón del inconsciente,
y como no saben salir
se estancaron
en una fuente…
© José Luis
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