Ojo de girasol
He devuelto a la vida
la vida en los ojos de los girasoles,
orean las aspas de la tormenta
el vacío de unas cuencas sin abrojos,
no dejaré que el viento
me entone al oído
sinfonías de la primavera
porque en el vuelo de la alondra
dejé tardes inacabadas de inocencia,
los campos se acopiaban con el torbellino
de mariposas y deseo volátil.
Accederé a que el viento
en las calandrias module la vida
y se enganche a la red de la esperanza
porque en los campos que abate la lluvia
se cargan las flores de aromas y lágrimas
en los que reflejarse el porvenir
y el embrujo perecedero de los instantes.
Un relámpago de cielo gorjea la luna
entre las musarañas de la sombra
donde la existencia como esa larva ardida
late con el corazón prestado de la noche
cuando con el cerrar de los párpados
camino desde la mente se abre
el ojo desentrañado del abismo.
© José Luis
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