Un día no cualquiera como el de un cumpleaños
Veletas los sentimientos ruedan
y ruedan según soplen los vientos.
No hay mañana que no tizne el paño
toronja del firmamento y resquebraje
el titilar de los ecos que pían silentes
el levantar de las ramas del viento,
brazos alargados en el transitar
de los granos por el cuello vidrioso
del reloj pasajero del tiempo.
Brilla la arena mientras el mar
suave entre los estertores de espuma
rumorea el cosquillear de la primavera.
Las flores sonríen con sus aromas
en el despuntar de las montañas
cuando fresca el agua desliza
los nombres macerados a la sombra
donde centenarias las palabras
equilibran los riachuelos del destiempo
entre las canciones que resuenan
una y otra vez en los oídos
que no han olvidado el poder
curativo de los sonidos
en el aliento desintegrado…
© José Luis
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