Miércoles desconocido
El bosque la esencia encierra en su interior,
diluyen desde el árbol primero las hojas
impenetrables los vestigios del retorno,
nadie será capaz de desentrañar el presente
tras los laberintos traspasados por el viento
las voces de los hombres acorralan el coraje,
no permanecerán los bosquejos redentores
si la pureza del alma no se trasplanta.
Los miércoles, desde el rigor de los instantes,
están despidiendo sin cortejo su nombre,
ya los martes no distinguen la muerte,
la noche dejó de ser el tránsito uniforme,
los no presentes no consiguen deambular
con la libertad tempestuosa de los barrancos
y el aire se ha vuelto tumultuoso y difícil,
los pulmones de los jueves se duelen.
Se abren los cobertizos de las montañas,
son los únicos reductos de humanidad
disponibles tras la eclosión del cataclismo,
sin remisión se anegan las semanas.
© José Luis
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