Treinta y una menudencias
Da Diciembre treinta y una razones
a Enero, Noviembre y a los otros meses
para ser el que se despida cada año
de lo antiguo y nuevo que trae el adviento,
remolonas se van las páginas de este libro
poco a poco leyendo los torrentes y avenidas
de sucesos grabados en las niñas de los ojos
donde retenemos la lágrima del recuerdo.
Se despereza el dos mil diez en su nido,
parto de trescientos sesenta y cinco días,
entreabiertos los sentidos renace de luz
la noche con sus singulares campanadas
y porfiadas uvas, una por cada necesario olvido,
otras para macerar el desgarro de la existencia;
voz que avanza río arriba sin volver la vista
porque es lo que tiene avanzar... dejar en tierra.
Parto con la luz del alba al destierro, a la muerte
silenciosa de la estela que fue morada y cobijo,
dejo los brazos extendidos a los cuatro vientos
porque sé que de mis dedos, deshojadas margaritas,
nacerá violácea la luz del ocaso entre tus nubes
blancas como piel incorruptible de la mirada
que es transparencia del cuerpo
que es abigarramiento del alma…
© José Luis
2 comentarios
Chus -
PD: me encanta el gorrioncito, gracias.
Brisa -
Muchos besitos y feliz 2010 ¡¡
Y gracias por tanta belleza que me has regalado en el 2009.