Momentos de serenidad.
La mirada perdida en el horizonte era la manera como se vinculaba a su mundo interior, desde el día en que percibió la serenidad de esos momentos no había una sola jornada que no necesitara de esa panorámica para dar a su alma el puntual respiro.
Había adquirido tal soltura que no necesitaba más que unos breves segundos para alcanzar ese estado de risueña placidez.
Flotaban las palabras como cándidas y abombadas nubes de ininteligibles signos; era la señal del rumor del lenguaje universal, el dialecto de los sueños, de los silvestres pensamientos; el feudo del albedrío, lo llamaba.
Se veía extendiendo sus irisadas alas hacia la añil inmensidad etérea del atardecer, cuando los rayos del sol ya han sido depositados en la urna dorada de los ciclos y gobierna la sombra benévola de la infinitud de las estrellas.
En ese maravilloso instante la gravedad de su cuerpo se tornaba tenue, el aire era entonces el carrusel de su ensueño, el ayer que vuelve en imagen de dichosa niñez, cuando entre el bullicio de las ferias distinguía el balanceo cómplice de unas manos, radiantes portadoras de bienestar...
A veces el semblante ligeramente rociado reafirmaba la felicidad de esos instantes.
FreeWolf
Había adquirido tal soltura que no necesitaba más que unos breves segundos para alcanzar ese estado de risueña placidez.
Flotaban las palabras como cándidas y abombadas nubes de ininteligibles signos; era la señal del rumor del lenguaje universal, el dialecto de los sueños, de los silvestres pensamientos; el feudo del albedrío, lo llamaba.
Se veía extendiendo sus irisadas alas hacia la añil inmensidad etérea del atardecer, cuando los rayos del sol ya han sido depositados en la urna dorada de los ciclos y gobierna la sombra benévola de la infinitud de las estrellas.
En ese maravilloso instante la gravedad de su cuerpo se tornaba tenue, el aire era entonces el carrusel de su ensueño, el ayer que vuelve en imagen de dichosa niñez, cuando entre el bullicio de las ferias distinguía el balanceo cómplice de unas manos, radiantes portadoras de bienestar...
A veces el semblante ligeramente rociado reafirmaba la felicidad de esos instantes.
FreeWolf
2 comentarios
José Luis -
Me alegro siempre de tus visitas...
gobina -
Aquí está Akela...