El estuche
Recuerdo de pequeño los días previos a la escuela.
El olor a nuevo de los libros, la punta afilada del lapicero,
blancos los cuadernos… en el silencio de la cartera.
Eran días inquietos por volver a ver a los compañeros
y saber qué maestro te “tocaba”.
Pasaba ratos hojeando y ojeando los libros
queriendo aprehender lo que no era el momento
pero que llamaba la atención por los dibujos y grabados,
por ese olor especial a estreno
y por el curso que se iniciaba,
a veces con pantalones nuevos…
El primer día de clase todo era sacar
y sacar de la cartera
libros, estuche, cuadernos...
Pupitres de madera que crujían con tus movimientos
queriendo dar a entender que después del letargo del verano
ellos también volvían a la vida.
¡Quién no recuerda ese flamante estuche de dos pisos
donde tenías reunido bajo el dibujo de la serie del momento
todo tipo de colores, gomas y utensilios…!
Esa escuela queda en el tiempo lejos
aunque muy cerca en el recuerdo…
© José Luis
El olor a nuevo de los libros, la punta afilada del lapicero,
blancos los cuadernos… en el silencio de la cartera.
Eran días inquietos por volver a ver a los compañeros
y saber qué maestro te “tocaba”.
Pasaba ratos hojeando y ojeando los libros
queriendo aprehender lo que no era el momento
pero que llamaba la atención por los dibujos y grabados,
por ese olor especial a estreno
y por el curso que se iniciaba,
a veces con pantalones nuevos…
El primer día de clase todo era sacar
y sacar de la cartera
libros, estuche, cuadernos...
Pupitres de madera que crujían con tus movimientos
queriendo dar a entender que después del letargo del verano
ellos también volvían a la vida.
¡Quién no recuerda ese flamante estuche de dos pisos
donde tenías reunido bajo el dibujo de la serie del momento
todo tipo de colores, gomas y utensilios…!
Esa escuela queda en el tiempo lejos
aunque muy cerca en el recuerdo…
© José Luis
3 comentarios
gobina -
José Luis -
Memoria de maestros que pasaron con nosotros por los números y las letras, por los ríos y montañas, por la piel y el silencio (a veces una bofetada), por la infancia y las miradas nuevas... por un sin fin de cosas hasta que una luna nueva dijo BASTA y a partir de entonces nos hicimos nuestros propios maestros y, como Aladdin, lo recogimos en una lámpara para que al frotar su brillo nos concediera el deseo de volver, y volver a ser niños...
:-)
Gracias...
gobina -
Hoy una sobrinilla mía ha empezado el cole...y venía enfadada,porque le han cambiado de clase y de profesora...
Qué tengas un buen curso,maestro...
Ahora ,son profesores ,educadores...etc,etc...pero la palabra más bonita es "maestro"