Día para el recuerdo
Una lágrima es un mundo acuoso
de sensaciones,
un paraíso ambiguo
en la mortalidad y en las elecciones,
una bola preñada
de fugaz sino,
una entelequia…
Cada vez que nacemos en nuestros ojos
disponen únicamente una de esas lágrimas
con la que enjuagar la vida en cada mirada,
en cada travesía astral por las diversas existencias,
una prenda diáfana e inmaculada
que será la que en última instancia
devuelva al alma inmarcesible su destino.
Hay días
que en su capacidad especial para el recuerdo
sopesan los avatares de nuestro paso
por los inapelables caminos de la preexistencia.
© José Luis
de sensaciones,
un paraíso ambiguo
en la mortalidad y en las elecciones,
una bola preñada
de fugaz sino,
una entelequia…
Cada vez que nacemos en nuestros ojos
disponen únicamente una de esas lágrimas
con la que enjuagar la vida en cada mirada,
en cada travesía astral por las diversas existencias,
una prenda diáfana e inmaculada
que será la que en última instancia
devuelva al alma inmarcesible su destino.
Hay días
que en su capacidad especial para el recuerdo
sopesan los avatares de nuestro paso
por los inapelables caminos de la preexistencia.
© José Luis
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