Cuerda poco cuerda
Las piedras bajan por la ladera
en una persecución excéntrica
de arenas y vueltas
es una abrupta noria
incesante de ritmo y tiniebla.
Al fondo el mar
blanquea el horizonte
infinito de espuma y olas
trepidante aullido
al romper con las piedras
en ritmo incesante de caracolas.
Una clara franja saludo del sol
me recuerda la sonrisa de la luna
verde entre las flores del vergel
que perdido en las ruinas de un templo
fuera la única puerta a un mundo
al que se le acaba la cuerda…
© José Luis
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