De visita por Salamanca
El río Tormes atraviesa Salamanca
en los paseos por sus puentes
y las riberas atenazan las miradas
de la catedral a los transeúntes
mientras como barcas arrumban
las orillas de arenisca e historia.
Las calles bullen de pasos y pláticas
al compás extático de algún mimo,
de los acordes historiados de sus plazas
donde los niños retozan con sus madres
o con aprendidos cantos de sus juegos.
Desconocidas las caras se cruzan
con el soplo de los quebrantables años,
se adhieren los ojos a los monumentos,
a las mortales manos de los menestrales
que baldearon en las piedras conocimientos,
semblantes tras tantas auroras y nubes
que cristalizaron en la existencia su savia.
Una visita es una vuelta a la infancia,
al recorrido de las letras por el libro
agujereado del tiempo, escritos en imágenes
emanadas de los sueños que fueran destinos
por las indefectibles sendas del misterio.
© José Luis
1 comentario
gobina -
Tiempo de sentirse a gusto....
un besito