Si cuando dices saber que todo carece de sentido; si cuando resignado, gacha la cabeza, tu camino prosigues, hacia adelante, a compás del tiempo: sabrás ya entonces que el tiempo es lo exacto y la fortuna aleatoria, y que ambos dioses nos gobiernan.
Yo soy el resultado entrambos mundos: lo que me sobra a un lado, lo que me falta al otro. Si todo nace de la misma raíz todo es raíz, no hay mundos paralelos ni otras vidas, es todo lo soñado parte del gran todo que rige, gobierna y dictamina la existencia, y como tal, se comporta: sueño que nace, sueño que crece, sueño que muere.
No hay presente; antes admitimos, razonamos, comprendemos futuro o pasado que presente. No existe, ¿lo ves? ya lo dije, ya lo leíste, ya pasó, y aquello que vendré a decir... ¿lo ves? ya está dicho; qué presente puede haber en este sinfín de segundos.
Pero el ciego-hombre-burro globaliza: "oh verde álamo, mañana amarillo, luego desnudo", mas nada es siempre lo mismo, todo está en puro tránsito, y si verde álamo serás de nuevo en otra nueva primavera no te verán mis ojos de igual modo, pues yo soy tránsito también en puro tránsito de mí mismo.
Y de igual forma que ciegos llamamos verde al álamo, ciegos llamamos eterno a lo sublime; he aquí el porqué de borrar cuanto escribo: insurrección siempre mientras que humano me sienta.
¿Y si dejásemos al hombre, al que vendrá, complétamente solo en su camino?, ¿no supeditado, no encauzado a la dictadura de ideas que todos hemos mamado desde que nos trajeron al mundo?, ¿y si dejásemos al hombre que libre sienta bella la rosa, tersa la carne amada, como libres caigan también sus lágrimas si no distingue congoja o dicha oyendo cantar a la calandria?
Lastrados caminamos ya al nacer aun siendo niños, lastrados quemamos soles, lunas, henchidos de misterios que por misterios apenas si indagamos y asumimos por verdades. Es más fácil entonces soñar con alas, es más fácil decir que la esperanza existe, es más fácil claudicar ante el presente, que no existe, pensando en un mañana porque hasta hoy nada de lo tuyo fue vida y que aún por comenzar nos falta todo.
¿Qué hacer entonces: si abrir los ojos en el camino, desplegar sentidos, absorber belleza y calamidad para llenar la memoria de pasado o vida ida?, ¿acogernos a la hija invisible de Tiempo y de Fortuna, ésa que llamamos Esperanza?, ¿o cegarnos todos, andar sin más, sobreviviendo a golpes que dolerán lo que un suspiro?
Oh, pero entre todos los misterios grandes de este mundo cuán grande me resulta el de la apetencia amorosa en pleno fragor de la batalla!; no, ciegos del todo no, dejemos entrabierta siempre una rendija en nuestros ojos para que en otros leamos qué amarillo es el sol tras la tormenta, qué nutritivo el vapor bajo la manta compartida en la mañana de enero, qué de luces nos conducen en la oscuridad flotante sobre el catre... nunca hubo para mí ni habrá misterio más esclarecedor ni esclarecido.
Un abrazo fuerte, maestro, donde quiera que te halles, si es terrenal lo que pisas, o divino.
Marcos.
gobina -
...Has vuelto...Quizá has visto a gente que buscaba una piedra o la raiz donde aferrarse,para después seguir caminando cai siempre contracorriente...A lo mejor en el camino,has visto gente que camina para buscar respuestas a unos orígenes que casi siempre les deján exhaustos en una orilla sin ellas...A lo mejor ,has visto buena gente en el camino,gente que te ha ayudado,o tú a ellos,gente que te ha hecho compañia ,gente que se ha sentido proxima a tí,gente que saca lo peor que lleva dentro en situaciones dificiles...A lo mejor has mirado las nubes cuando estabas muy cansado,y has visto que a lo mejor no son ellas las que van haciendo formas ,sino tú el que te transformas...
Yo tambien hace años fuí caminante de un camino ...
Espero que hayas descubierto muchas cosas,más en tí que en la gente...
2 comentarios
marcos -
Yo soy el resultado entrambos mundos: lo que me sobra a un lado, lo que me falta al otro. Si todo nace de la misma raíz todo es raíz, no hay mundos paralelos ni otras vidas, es todo lo soñado parte del gran todo que rige, gobierna y dictamina la existencia, y como tal, se comporta: sueño que nace, sueño que crece, sueño que muere.
No hay presente; antes admitimos, razonamos, comprendemos futuro o pasado que presente. No existe, ¿lo ves? ya lo dije, ya lo leíste, ya pasó, y aquello que vendré a decir... ¿lo ves? ya está dicho; qué presente puede haber en este sinfín de segundos.
Pero el ciego-hombre-burro globaliza: "oh verde álamo, mañana amarillo, luego desnudo", mas nada es siempre lo mismo, todo está en puro tránsito, y si verde álamo serás de nuevo en otra nueva primavera no te verán mis ojos de igual modo, pues yo soy tránsito también en puro tránsito de mí mismo.
Y de igual forma que ciegos llamamos verde al álamo, ciegos llamamos eterno a lo sublime; he aquí el porqué de borrar cuanto escribo: insurrección siempre mientras que humano me sienta.
¿Y si dejásemos al hombre, al que vendrá, complétamente solo en su camino?, ¿no supeditado, no encauzado a la dictadura de ideas que todos hemos mamado desde que nos trajeron al mundo?, ¿y si dejásemos al hombre que libre sienta bella la rosa, tersa la carne amada, como libres caigan también sus lágrimas si no distingue congoja o dicha oyendo cantar a la calandria?
Lastrados caminamos ya al nacer aun siendo niños, lastrados quemamos soles, lunas, henchidos de misterios que por misterios apenas si indagamos y asumimos por verdades. Es más fácil entonces soñar con alas, es más fácil decir que la esperanza existe, es más fácil claudicar ante el presente, que no existe, pensando en un mañana porque hasta hoy nada de lo tuyo fue vida y que aún por comenzar nos falta todo.
¿Qué hacer entonces: si abrir los ojos en el camino, desplegar sentidos, absorber belleza y calamidad para llenar la memoria de pasado o vida ida?, ¿acogernos a la hija invisible de Tiempo y de Fortuna, ésa que llamamos Esperanza?, ¿o cegarnos todos, andar sin más, sobreviviendo a golpes que dolerán lo que un suspiro?
Oh, pero entre todos los misterios grandes de este mundo cuán grande me resulta el de la apetencia amorosa en pleno fragor de la batalla!; no, ciegos del todo no, dejemos entrabierta siempre una rendija en nuestros ojos para que en otros leamos qué amarillo es el sol tras la tormenta, qué nutritivo el vapor bajo la manta compartida en la mañana de enero, qué de luces nos conducen en la oscuridad flotante sobre el catre... nunca hubo para mí ni habrá misterio más esclarecedor ni esclarecido.
Un abrazo fuerte, maestro, donde quiera que te halles, si es terrenal lo que pisas, o divino.
Marcos.
gobina -
Yo tambien hace años fuí caminante de un camino ...
Espero que hayas descubierto muchas cosas,más en tí que en la gente...
Bienvenido ,besitos.