Zozobra estelar
El rilar de las estrellas contempla la noche
irreverente en el balcón de la demora
donde la sombra lánguidamente se mezcla
ininterrumpida en las palabras con el descuido,
con la tendencia amoral e innata de los astros
de desgajar los ojos en los coleos de una aletada.
Se revelan las pestañas del ocaso en el espejo
reverberante de rápidas y suspendidas impresiones,
de impetuosas lamidas al viento triangular del precipicio
inmerso entre los sueños que embebidos ascendían
tras el incendiado ulular del sándalo o la voz enarbolada
en los recónditos oídos de un lacerante y pertinaz deseo.
Fermenta el espíritu en la previsora redoma del olvido,
distorsionan los vahos espontáneas las apariencias
que se impregnan en el áspero mar de los embates,
de las inexpugnables sinuosidades del alma
mientras se prolonga la oscuridad en el péndulo
zigzagueante de las hendidas e inconfesables lujurias.
No pueden pervivir las lenguas en las bocas de trapo
ni dejar de maldecir los infortunios del decaimiento
aquellos que se extinguen cada día en sus propios coágulos,
aquellos que arrostran en los labios o en su mismo nombre
marchitas las hojas enfundadas con panales blancos,
con gotas exudadas de un estío inmolado en cualquier tormenta.
© José Luis
1 comentario
gobina -
Besitos .
Se acabaron las vacaciones¡¡en otra vida ,me gustaría tener tú oficio...