Transformación de piedra
A veces la piedras
en siluetas cristianizan,
en perfumes labrados al tiento
de miradas viajeras y atavíos
de domingo en invierno,
cuando el aire en el rostro es frío
las nubes apuran el aire
y se hinchan grises encima
mismo de las encarnadas techumbres.
Antes de ser muro el espacio
era invisible vacío desnudo y permeable
a los finos granos del tiempo y del reloj
perdido en el interior de algún bolsillo,
después de argamasa de manos
y en tierra vertical convertido
con ventanas por ojos
curiosean otra clase de vacío:
el de las almas
que de sus espíritus huyeron.
A veces las piedras
impresionan mis sentidos
con esas caras disimuladas
en los entrecejos del destino.
© José Luis
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