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Rastro de FreeWolf

Aquello de allí

Aquello de allí

En compañía los ojos inician la búsqueda,
una vertiente del olaje de las circunstancias
por eso elegimos puntuales a nuestros amigos
allí donde intuimos la capacidad de asombro,
donde sabemos que vendrán confidentes los dedos
de aquello que se nos escapa y nos pertenece.
  
¿Qué pensaríamos si nos viéramos en un instante
ralentizado mientras nuestra atención está en otra parte,
allá, lejos del alcance de nuestra vista, pero tan cerca…?
  
Cruzamos nuestros dedos en el devenir de los instantes
mientras las vertientes se entrecruzan con las montañas
y presenciamos, una vez más, el ocaso del día, el ocaso
de la luz que nos protege y aleja del aletargamiento
que la vida precisa de la noche, donde se nos escapan
los pensamientos y los sueños a otra dimensión,
aquella en la que somos sin ser y en la que nos zambullimos
como vientre materno, sin más dedo que llevarnos a la boca
que el que nos señala el camino del infinito de la mirada.
  
Amigo, ten mis dedos, alarga la profundidad de tus ojos
en aquello de allí, en aquello que entiendo y te muestro,
que dice sobre mí y sobre ti, sobre la realidad alterna
de lo que nos hace levantar cada día sobre las cenizas
del invierno y del pasado para realzar el nuevo amanecer,
una posibilidad nueva de encontrarnos en los vericuetos
que expanden nuestra mente por los senderos de la vida,
seguro que el espejismo de nuestras manos nos ayudará…
  
© José Luis

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